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10 Consejos Para Entrenar A Tu Sumisa

entrenar tu sumisa

Bondage, Disciplina, Sadismo, Masoquismo… Mucha gente está acostumbrada a decir estos términos sin saber realmente lo que significan. En efecto, la sumisión y la dominación no se hacen al azar y menos aún por la fuerza.

Hay muchas facetas de estas prácticas que aún se desconocen, como el entrenamiento de la sumisión. Uno no se convierte en sumiso de la noche a la mañana. Es todo un proceso, hay muchas cosas que entran en juego.

Hay ciertas reglas que hay que seguir para sacar el máximo partido a esta postura dominante sin perder la personalidad y los principios.

1) Comunicarse con su sumisa

Convertirse en sumiso no es una elección aleatoria y desinteresada. Si quieres que tu compañero de vida se convierta en uno, primero debes hablar de ello. Este es el primer paso en el entrenamiento de la sumisión. Hablando con tu pareja o con la que quieres que sea tu sumisa, sabrás enseguida sus inclinaciones.

Esto te permitirá posicionarte en relación con sus gustos. Pero no se trata sólo de comunicar, sino también de dirigir la comunicación. Es decir, encontrar sutilezas para abordar la pregunta de forma inquisitiva o directa en función del comportamiento de quien tengas delante. La comunicación es la base de cualquier relación, por muy SM que sea. Tienes que hablarle de ti, de lo que quieres de ella y sobre todo de lo que quieres de ella.

2) Sea sincero con su pareja

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Una relación BDSM, aunque no sea seria, debe basarse en la franqueza y la sinceridad. Una vez que hayas conseguido que tu sumisa se adapte a la situación explicándole lo que quieres y esperas de ella (con delicadeza), puedes continuar.

Tenga en cuenta que esto no ocurrirá de la noche a la mañana, sino gradualmente. Como son los primeros días, no debes apresurarla. Por lo tanto, aumenta el número de conversaciones, siempre de forma franca. En este caso, mentir no servirá de nada. Debes decirle lo que te gusta y lo que te gusta. De este modo, se decidirá y se preparará en consecuencia.

3) Incorporar Accesorios BDSM a medida que se avanza

El entrenamiento de sumisión es un paso muy importante en una relación dominante-sumisa. Para entrenar con éxito a tu sumisa, debes saber cómo hacer que quiera hacerlo. Para ello, los accesorios BDSM son un buen punto de partida.

Inevitable en una relación BDSM, hay muchos accesorios de sumisión. Puedes empezar con herramientas suaves como las esposas sm o un pequeño y sexy conjunto con el que ella se sienta cómoda. Lo más importante es no ser brusco y no imponer nada.

4) Ser dominante en todo lo que haces

Por lo general, a las mujeres les gustan los machos, los auténticos que destilan masculinidad y virilidad. Por lo tanto, nunca debes ser débil delante de tu sumisa ni fingir delante de ella. Sé un verdadero maestro del bdsm, un macho dominante en todo lo que hagas incluso cuando creas que ella no te está mirando. De hecho, es a través de estos pequeños detalles que su obediencia y sumisión se afianzarán.

Haz ejercicio, sé firme con un ligero toque de autoridad en tus palabras (pero procura ser firme, no malo). Tienes que exudar hombría en el sentido más puro de la palabra.

5) Dar órdenes precisas a su sumisa

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Una sumisa no comete ningún acto degradante que pueda desagradar a su amo. Por eso siempre se dice que la sumisa no es responsable de sus actos ni de su placer. El dominante es el instigador de todo esto y al final la sumisa será absuelta de este «pecado» y, al mismo tiempo, será «pagada» por su sufrimiento moral.

El objetivo del entrenamiento de la sumisa es meterla en el baño del BDSM. Y para que sepa obedecer las órdenes de su amo. Por eso debes saber dar órdenes a tu sumisa. Al principio, deben ser sencillas, claras y concisas, por ejemplo: «ponte a cuatro patas», «sé una buena putita», «¡ven conmigo y fóllame! Esto hará que se acostumbre y más adelante podrás darle órdenes más complejas.

6) Mantener un dominio constante

Mantener un dominio constante significa seguir siendo dominante en todos los contextos. Tienes que saber cómo mantener vivo el fuego y el interés de tu sumisa. Por ejemplo, puedes darle órdenes mientras está en el trabajo a través de mensajes de texto. Pídele que haga las cosas en un tono firme. Y dile que será castigada por la noche por no hacerte caso.

7) Sea paciente y escuche

Como sabes, la paciencia es una virtud, y el adiestramiento de sumisos requiere tener paciencia de sobra. Dale tiempo para que se adapte a tus prácticas y no fuerces nada. Cuanto más le des la impresión de que la comprendes y no la frustras, más se sentirá segura y se dejará llevar.

8) Advierta a su sumisa antes de practicar

Al entrenar a un sumiso, es mejor no ser demasiado brusco, sobre todo cuando el sumiso es un novato en este campo. No debes apresurarte, ya que esto podría hacer que se enfríe y no quiera practicar. Es mejor establecer un contrato bdsm de antemano. Puedes decidir avisar a tu pareja diciéndole, por ejemplo, que: «Esta noche serás sumisa», así podrá prepararse psicológicamente. Puedes decidir decir cosas como: «Sumisa, ven aquí» al principio de la sesión. Una vez que haya terminado, no debería haber palabras confusas.

9) Anteponer su placer al tuyo

El placer está en el centro de cualquier relación y las relaciones BDSM no son una excepción a esta regla. De nuevo, volvemos a la comunicación. Si te has comunicado bien con tu sumisa antes de empezar, te guiarás por ello. Podrías determinar lo que le puede gustar y lo que no.

Además, debes tener cuidado de escuchar a tu sumisa durante tus diversas prácticas sadomasoquistas. Prestando atención a sus gemidos y a su cuerpo, podrás averiguar qué le gusta y qué le hace subir la cortina. Debes saber que la dominación no implica fuerza o coacción. Por eso nunca debes obligar a tu sumisa a hacer cosas que no haya aceptado en primer lugar.

Cuando se hace un entrenamiento de sumisión, hay que saber que se está ahí para satisfacer a la sumisa. Sepa que es a través de la dominación continua que ella sabrá si le gusta o no. Así que tómate el tiempo de hacerle pasar un buen rato. Al dar placer a tu sumisa, ella te lo devolverá multiplicado por cien.

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10) Elogia a tu sumisa

El adiestramiento de sumisos es todo un proceso, y en ese proceso los elogios también cuentan. Debes elogiarla como a un perrito obediente cuando hace cosas que te gustan. Frases como «eso es perfecto, me encanta cuando haces eso.

Hazle cumplidos como: «Eres preciosa». «Eres muy emocionante». Y cuando sea apropiado, puedes recompensarla. Cuando elogias a tu sumisa, haces que quiera continuar y llegar más lejos en las prácticas. También aumenta su confianza.